Los micoplasmas son un género atípico de bacterias cuya característica principal es que carecen de pared celular. Además, tienen unos de los genomas más pequeños de los organismos de vida libre. Algunas razones por las que este género de bacteria no necesita pared celular es porque la presencia de esteroles en la membrana plasmática ayuda a regular la fluidez de la membrana y las protege de la lisis osmótica.
Algunas especies de micoplasmas son patógenas en humanos y animales, siendo Mycoplasma pneumoniae el principal patógeno en humanos.
Infección con micoplasmas
La enfermedad más común causada por la infección de micoplasmas en humanos, especialmente en niños, engloba diversas enfermedades respiratorias. Cuando una persona entra en contacto con Mycoplasma pneumoniae, la bacteria se adhiere a los tejidos pulmonares y se multiplica hasta desarrollar una infección.
Los síntomas más comunes suelen incluir dolor de garganta, tos y, en los casos más graves, neumonía, una infección de los pulmones bastante que grave la cual requiere hospitalización y cuidados más específicos.
Mycoplasma pneumoniae se propaga de persona a persona cuando la persona contagiada tose o estornuda, debido a pequeñas gotas que se generan y transportan las bacterias por el aire.
Otras especies patógenas de micoplasmas son especies que afectan al tracto genitourinario, incluyendo Mycoplasma genitalium,Mycoplasma parvum y Mycoplasma hominis.
Micoplasmas en el laboratorio
¡Los micoplasmas están por todos lados! Se estima que alrededor del 35% de los cultivos celulares que actualmente se usan en investigación podrían estar contaminados con micoplasmas. Esto es debido a que, dado que carecen de pared celular, los micoplasmas son resistentes a penicilina y estreptomicina, los principales antibióticos que se utilizan en el laboratorio. Estos antibióticos atacan principalmente la pared celular de las bacterias.

Además, detectar la contaminación por micoplasmas no es nada fácil, dado que no se puede ver directamente en el microscopio. Esto es debido a que la contaminación por micoplasmas no genera la turbidez típicamente asociada a la contaminación por bacterias u hongos. Para ello es necesario la utilización de kits comerciales o pruebas por PCR.
Las consecuencias de la contaminación por micoplasmas en investigación son muy grandes. Estas bacterias compiten con las células huésped por los nutrientes y además pueden disparar diversos mecanismos contra patógenos, incluyendo la expresión de interferon y la activación de NF-kB.
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