¿Qué es el hígado graso y qué consecuencias puede tener?

Hoy en día es muy habitual obtener unos análisis de sangre con colesterol alto o recibir la mala noticia de que tienes el “hígado graso”. Sin embargo, muchas veces no llegamos a entender su causa o las implicaciones que conlleva para nuestra salud. Hoy vamos a hablar sobre el hígado graso pero no dudes en seguirnos para leer el próximo post sobre las implicaciones del colesterol alto.

¿Qué es el “hígado graso” y qué implicaciones tiene?

En Europa, la enfermedad del hígado graso no alcohólico (por sus siglas en ingles NAFLD) afecta a una de cada cuatro personas; sin embargo, las cifras aumentan en el caso de individuos con obesidad o diabetes. Esta enfermedad se caracteriza por una acumulación de grasa en el hígado asintomática que aumenta las probabilidades de desarrollar enfermedades más complejas. Algunas de esas enfermedades son la esteatohepatitis no alcohólica o NASH, caracterizada por acumulación de grasa en el hígado acompañada de inflamación y daño en las células hepáticas; fibrosis, que consiste en una cicatrización desmesurada de una herida hepática provocando una acumulación de tejido conectivo o incluso cáncer de hígado. Desafortunadamente, las etapas mas tempranas y reversibles de esta evolución son difíciles de distinguir por los métodos mas comunes de diagnostico, como análisis de sangre, ecografía o resonancia magnética. Únicamente la biopsia hepática es capaz de detectar inflamación o lesión hepática características de la NASH o de las etapas iniciales de la fibrosis. Prevenir estas etapas iniciales y reversibles es realmente importante ya que el desarrollo de cirrosis puede llevar a una insuficiencia hepática que podría necesitar un trasplante de hígado.

¿Cómo se trata la NAFLD y la NASH?

Actualmente no existen medicamentos probados para tratar la NAFLD y la NASH aunque la investigación para identificar medicamentos que pudieran ayudar a mejorar estas enfermedades es muy activa. Los médicos recomiendan perder peso consumiendo alimentos saludables, limitando el tamaño de las porciones y manteniéndose físicamente activo ya que la perdida de al menos un 3-5% de su peso corporal puede reducir la grasa acumulada en el hígado. Sin embargo, es posible que necesite perder hasta un 10% para reducir la inflamación del hígado. Además, la perdida de peso debe ser gradual ya que la perdida rápida de peso a través de ayuno o dietas muy bajas en calorías puede empeorar la NAFLD.

En conclusión, podemos decir que para prevenir el desarrollo de esta enfermedad lo mejor es una dieta saludable y ejercicio, y para mejorar la enfermedad también.

Autor:

Paula Ortega-Prieto es investigadora postdoctoral en el Institute Cochin de París.

Fuentes:

https://www.niddk.nih.gov/health-information/informacion-de-la-salud/enfermedades-higado/esteatohepatitis-no-alcoholica

https://www.msdmanuals.com/es/professional/trastornos-hepáticos-y-biliares/fibrosis-y-cirrosis/fibrosis-hepática

Deja un comentario