El principal objetivo de las vacunas actuales es evitar las formas graves de la enfermedad y la muerte por COVID-19. Sin embargo, ya hay datos que indican que la probabilidad de contagiarse y de transmitir el virus es menor en personas vacunadas con las vacunas actuales. Por lo tanto, el efecto de estas vacunas iría mucho más allá de evitar las hospitalizaciones y los fallecimientos.
¿Y eso qué consecuencias tiene?
Para poder entenderlo mejor vamos a usar ejemplos muy simplificados con un escenario que sería parecido al que tenemos en interiores con mala ventilación:
1. Imaginemos una habitación cerrada donde no hay nadie vacunado y hay una persona infectada. El resultado después de un tiempo sería que un número relativamente alto de personas terminaría contagiándose.

2. Ahora imaginemos la misma habitación pero con una mezcla de personas vacunadas y sin vacunar. En este caso, y debido a que las vacunas disminuyen la probabilidad de contagio, el número de contagiados sería menor.

3. Por último, imaginemos la misma habitación pero con todo el mundo vacunado. En este caso el número de contagiados sería todavía menor gracias a que:
– Las vacunas disminuyen la transmisión del virus
– La probabilidad de contagio es menor

En resumen, aunque los vacunados se puedan contagiar, la vacunación es importante para limitar la circulación del virus porque los datos de efectividad están mostrando que las vacunas también sirven para evitar contagios y la transmisión del virus.

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Fuentes:
https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2021.07.13.21260393v1
https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2021.07.12.21260377v1
https://www.nature.com/articles/s41591-021-01316-7
https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2021.07.28.21261295v1
https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(21)00528-6/fulltext